Los ozonizadores son aparatos que nos permiten eliminar de forma natural microorganismos nocivos para la salud, así como malos olores.

Un ozonizador se emplea para generar ozono. Dicho gas es liberado del ambiente de forma gradual, no solo en el aire sino tambien en el agua (generandose agua ozonizada), favoreciendo la eliminación de hongos, bacterias, virus, así como malos olores. Por lo tanto, un ozonizador es una solución eficaz para la desinfección de ozono, purificación de aguas, uso del agua ozonizada para la higiene alimentaria, desinfección de superficies, higienización y conservación de alimentos.

Del mismo modo, el aire ozonizado aplicado en forma de chorro de aire consigue una higiene sin competencia, mil veces más potente que la lejía, sobre superficies de todo tipo. Lo mismo cabe decir, a su vez, del agua ozonizada, perfecta para beber por su extremo nivel de pureza o para lavar alimentos, sin olvidar sus múltiples usos como limpiador de suelos, ropa, vajilla, muebles y objetos que deseemos lavar.

VENTAJAS:

• Su capacidad para oxidar es mucho mayor.
• No permite la aparición de trihalometranos.
• El tiempo de actuación y la concentración necesitada es menor.
• El pH del agua dónde actua no se ve afectado.
• La coagulación se ve incrementada gracias a este producto.
• Altamente efectivo en la reducción de olores, sabores y colores.
• Suprime hierro y manganeso.
• Alto poder de desinfección.
• Es sustancialmente más económico que un sistema de carbón activado.
• Una única aplicación es efectiva.
• No produce derivados nocivos.
• Rápida actuación.

INCONVENIENTES:

• Debe ser manipulado con alta precaución
• Al carecer de persistencia, se necesita un desinfectante residual.
• Puede ocasionar la aparición de subproductos como aldehídos o bromatos.
• El ozono tiene una vida activa en el agua de aproximadamente 25 minutos de media.
• La necesidad de llevar a cabo el tratamiento en el mismo lugar dónde se este aplicando, es decir, que no se puede transportar.